Sólo con decir Valencia todos nos imaginamos la Ciudad de Artes y Ciencias, la playa de la Malvarrosa y las naranjas, ¿verdad? Que sí, que hay mucho más que ver en esta preciosa ciudad de la Costa Azahar española. Pero, aunque dos días no dan para mucho y con niños las cosas van a otro ritmo, os cuento nuestro fin de semana en la capital del Turia.
Valencia con niños
Las escapadas nos gustan a todos y si son a sitios chulos, a nuestros hijos les gustan mucho más. Así que decidimos ir a pasar un fin de semana a Valencia para rematar el verano. En Tudela hacía frio y llovía así que los 28ºC de la costa valenciana nos parecieron el paraíso.
Las semanas previas al viaje nos dedicamos con mis hijas a mirar sitios chulos donde nos apetecía ir. ¡Ains, cuantas cosas hay en Valencia! Y nosotras sólo con dos días y medio…
Opté por los más guays (palabras textuales de mis pitufas) para enamorarlas y así poder volver a gusto más veces. ¡Parque Gulliver, Oceanográfic y Hemisféric! El parque gratis, y 80€ para tres personas el resto pero os aseguro que vale cada céntimo.
Tema alojamiento: miré hoteles y al final me decidí por un apartamento a través de Airbnb ya que me gustaba más la ubicación y el precio, 150€ para un apartamento de una cama de matrimonio y dos camas individuales (con su cocina, baño, etc.). A 10 min. andando del Parque Gulliver y otros 10 min del Oceanográfic. ¡Ah! Y una estación de metro (Aragón) a 3 min., así que me olvidé del coche en todo el fin de semana.
Comienza nuestro día intenso
Fue llegar, dejar las maletas y a la calle, para aprovechar desde el primer minuto el sol que hacía allí. Llegamos el sábado a mediodía y después de comer y descansar un poco, nos dimos una vuelta por el casco viejo de Valencia y la zona de la Catedral. Pero había tanta gente que mis niñas estaban un poco agobiadas, así que pidieron pronto volver a casa y seguir planeando el día intenso que iban a vivir: un domingo completo en Valencia.
Nuestra primera parada fue en el Parque Gulliver. Es imprescindible si tenéis niños mayores de 3 años. Por experiencia propia sé que más pequeños casi que no.
Precioso, divertido y muy bien cuidado el parque. Con aseos públicos, servicio de vigilantes y enfermera. Abierto de lunes a domingo de 10 a 20 horas. En verano se suele ampliar el horario hasta las 21:30. ¡Y gratis! Perdí la noción del tiempo allí, corriendo de un tobogán a otro para ver a mis hijas tirándose y hacerles fotos. En algún momento subí yo también pero mmm…me dio algo de miedo.
Desde allí fuimos andando hasta los distintos edificios del arquitecto Calatrava que conforman la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Sólo pasear y explicar cosas sobre lo que veíamos se nos fueron más de dos horas. Y tocó gastar un poco, ¡cómo no! En los lagos de la Ciudad de las Artes y las Ciencias encontramos distintas atracciones como bolas, kanoas y waterbikes.
Oceanográfic y Hemisféric
¡Y llegamos a la entrada del Oceanográfic! Hace unos diez años había estado yo y que sorpresa más grata me llevé: ¡lo han ampliado! Mis hijas, como buenas fans de los mapas empezaron el recorrido desde el punto 1.
Peces, tortugas, focas y un montón de animales marinos… Y aquí he de decir cuánto me alegro haber hecho caso a la recomendación de nuestra Ruth de dejar a los niños una cámara de fotos.
Comimos dentro, porque el recorrido puede llevar entre4-5 horas recorriendolo tranquilamente. Hay restaurantes (El Submarino tenía pinta de muy caro) pero los perritos calientes, al lado de las morsas, fue nuestra elección (a 6€ cada uno).
Y llega el momento de contaros que vimos una peli en 4D. ¡Divertidísimo! El precio es de 3€ (que no entra en el pase) pero merece lo suyo. Suelen ser películas de corta duración, nosotras vimos una de 18min.
Y el espectáculo de los delfines fue la guinda de nuestro día. Mi hija mayor fue elegida ayudante y pudo tocar esos preciosos animales, así que enamorada la tengo ahora. ¿De mayor trabajará con los delfines? 😉
Ya a las 18h salíamos de allí directas al Hemisféric. Como os podréis imaginar, es tipo el planetario de Pamplona pero mucho más grande y lujoso. La película se elige al comprar las entradas y como nosotros la habíamos comprado anticipada (os lo recomiendo) no hicimos cola en ningún sitio.
Os aseguro que no hubo protestas tras la película para irnos directas a casa, cenar algo y a dormir. Los días intensos suelen acompañarse de noches donde caen derrotadas. Nos dejamos mucho que ver y hacer en Valencia, así que estamos planeando ya la próxima visita. ¡A ver si es con toda la familia SMCLCE!