Una de las (muchas) cosas buenas que tienen las Jornadas de las Verduras tudelanas es la cantidad de visitas guiadas que se organizan a distintos productores relacionados con la verdura y con la gastronomía local. Gracias a eso mi familia y yo hemos disfrutado de una maravillosa (y ventosa, todo hay que decirlo) visita al trujal de Artajo y una deliciosa cata de tooooooooda su gama de aceites, que es extensísima y riquísima. Realizan catas y visitas todos los sábados del año (previa reserva por mail info@artajo.es, o por teléfono 948-386.225) . Y en momentos especiales también ofrecen comidas maridadas con sus aceites: jornadas de la verdura, jornadas de la trufa, jornadas de la micogastronomía.
La finca
Trujal Artajo es una empresa familiar situada en Fontellas con una plantación propia de más de 200.000 olivos. ¡Ahí es nada! Exclusivamente comercializan el aceite de sus olivos, lo que hace que puedan controlar de primera mano la calidad del aceite. Y una parte de la plantación se destina a producción ecológica.
Además de los olivos, cuentan también con un huerto de verduras típicas.
La cata de aceites
Buf, no sé por dónde empezar. ¡Nos han gustado todas sus variedades! En Artajo se producen 3 gamas de aceite, dependiendo del grado de maduración a la hora de recoger de la oliva: Artajo, Albador frutado y Albador maduro. Se prueban las siete monovarietales de Artajo, todos ellos virgen extra de gran calidad: arbequina, manzanilla cacereña, koroneiki (de origen griego), arbosana, changlot real (de origen valenciano), empeltre y arroniz. Preparan una mesa con tostadas de pan y botellicas de toda su gama de aceite”Artajo” para que los probemos todos. A mis hijos les han encantado y no me extraña, la verdad. Al ser una visita familiar no hemos realizado una “cata profesional” sino que hemos degustado los aceites como mejor se aprecia su sabor, sobre ricas tostadas de pan. (Existe la posibilidad de realizar esas catas más profesionales, pero mejor sin peques).
La visita al trujal
Si bien Artajo es una empresa “con solera”, el edificio del trujal es un edificio moderno rodeado de toda la plantación de olivos. Y toda la maquinaria es de acero inoxidable. Se realiza una visita de no más de 3/4 de hora y resulta muy interesante tanto para adultos como para niños. Aprendimos que la madurez de la aceituna marca la intensidad del aceite (menos madura – más intensidad y más aceitunas son necesarias para obtener 1l de aceite), es muy importante que el proceso de extracción sea en frío para que todas las buenas cualidades del aceite se mantengan y que cuanto más corto sea el proceso mejor será la calidad del aceite (en Artajo, el proceso dura unas 2h).
Una vez obtenido el zumo de la aceituna, se envía a la bodega que cuenta con unos modernos depósitos de acero inoxidable, que permiten que el aceite se conserve en circunstancias óptimas, resguardado de la luz solar y a una temperatura constante de 18º. Se envasa bajo pedido y nunca se almacena aceite de un año para otro. En las etiquetas de los aceites Artajo siempre veremos “proceso de extracción en frío” y el año de envasado lo que os va a asegurar la alta calidad del aceite.
Al finalizar la visita no nos vamos a poder resistir a pasar por la tienda para comprar alguna botella de ese maravilloso líquido con el que nuestros platos van a estar todavía mas ricos si cabe y las tostadas del desayuno serán cada día diferentes. Y lo más importante: desayunaremos de forma saludable y nos chuparemos los dedos.
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