Comerse un libro, devorarlo… todos utilizamos algo así para definir nuestra sensación tras un buen libro.
¿Como hacer que los niños “se coman los libros”? Todos los padres hemos intentado en algún momento y a nuestra manera que los hijos lean… ¿Verdad? Para que sean “más listos”, para mejorar su ortografía o simplemente para alejarlos de las tablets y móviles. Leer “El increíble niño comelibros” de Oliver Jeffers tiene ese efecto en sus lectores
Comerse el libro a mordiscos
Esta es la historia de Enrique, un niño al que le encantan los libros, pero no como a cualquier niño pueden gustarle. Un día mientras sujetaba un trozo de comida en una mano y un libro en la otra, Enrique, distraídamente, mordió el libro. Primero se comió una palabra, después siguió con una frase, un párrafo, una página… hasta que finalmente ¡se comió un libro entero!
Me encanta la advertencia que viene incluida en el libro: “Por favor NO intente comerse este libro en casa”.
Algo que resulta un poco menos extraño cuando el lector descubre que en las últimas páginas y en la contraportada falta un trozo del libro, debido a lo que parece ser un mordisco. ¡Mi hija pequeña ha intentado más de una vez repetir el mordisco ese!
La lectura del libro es muy dinámica gracias a la composición de las páginas. Vamos pasando de las pequeñas viñetas, a ilustraciones a fondo perdido, que piden un mayor reposo de la mirada. También las distintas tipografías utilizadas: letras manuscritas con texto mecanografiado. Esta forma de presentarlo atrae mucho a los niños.
Y no os cuento más para no desvelar todo el contenido del libro.
Enrique, el increíble niño comelibros, es una tierna historia en la que el dilema de este niño consiste simplemente en el deseo de atrapar para sí ,el mundo maravilloso que cada libro guarda dentro. Resulta bastante contagioso así que ¡tener cuidado con vuestros hijos!
Y si se quedan con ganas de morder un libro, siempre podéis preparar esta deliciosa Libro- Tarta de Huesitos.