Quizá ir con tus hijos a un museo no te parece el mejor plan del mundo: no van a parar quietos, no lo van a disfrutar, no me van a dejar disfrutarlo. Pero hay que llevarlos a las exposiciones que a ellos les puedan parecer interesantes: las que pueden tocar, interactuar o las que les puedan parecer un juego. Estas que os cuento hoy, son de estas últimas: pueden ser un juego. Y seguro que las disfrutáis todos juntos.
El Museo Würth La Rioja es el único que la empresa (que se dedica a la venta de material para profesionales) tiene en España. Su localización ya es original : un polígono industrial (El Sequero, en Agoncillo). Y es que lo que pretende el Grupo Würth es fusionar en un mismo espacio cultura y empresa porque el arte dentro de los espacios de la trabajo mejora la calidad de vida de los trabajadores.
El edificio tampoco te dejará indiferente: en medio de rectángulos y cuadrados de hormigón (estamos en un polígono) aparece como un edificio muy moderno con un jardín alrededor. ¡Bien chulo!
Otro detalle importante: ¡es gratuito! ¿A qué no te lo esperabas?
Actualmente el museo cuenta con dos exposiciones muy visuales en las que niños y mayores aprendemos y nos divertimos.
Todo es movimiento
Vamos a ver mucho movimiento en todas las obras de la colección. Arte cinético, se llama.
Pero ¿se mueven realmente? Hay algunas que sí, porque son esculturas que se mueven impulsadas por motores o por otros agentes. Otras, no se mueven para nada. Pero nos parece que sí. Son ilusiones ópticas en las que la superposición de colores y formas crean ese “movimiento”. Y en otras, la perspectiva hace que se “muevan”.
Es divertido ver varios cuadros desde fuera de la sala y pensar que son de un color determinado, para luego acercarte y que parezcan de otro color totalmente distinto. Obras que se ven de distinta forma dependiendo si nos colocamos de lado o de frente. ¡Alucinante!
Muy curiosas las “reverspetives” (una palabra nueva, con lo que a mí me gustan) de Patrick Hughes: pinturas en 3D que al mirarlas de frente son planas pero que al mover la cabeza, la obra se mueve: puertas que se abren y aparece el mar, trenes que se acercan o se alejan dependiendo de la perspectiva…
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Chromosaturation
Y después de salir alucinados (y un poco mareados) de la exposición “Todo es movimiento”, nos calzamos una zapatillas de plástico para entrar en la sala de Chromosaturation. Ya con lo de las zapatillas de plástico los niños felices. Y encima, tenemos que “entrar” en la obra. Son varios espacios, cada uno de un color (verde, rojo y azul) pero que se entremezclan, y vuelven un poco locas a nuestras retinas. “Te veo fucsia, mamá”. ” Y yo a ti azulona 🙂
Tómate un rato para pasear por esta obra y apreciar todas las gamas de colores. Y aprovecha para hacer fotos, quedan muy chulas.
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El horario del museo es de martes a sábado, de 10:00 a 19:00 y domingos, de 10:00 a 14:30.
Se puede concertar visita guiada llamando al teléfono 941-010.410, con un grupo mínimo de 10 personas. Si no sois tantos, llamad y os meten en la que tengan programada que suele ser a las 12:00 los fines de semana.
Os recomiendo la visita guiada porque para nada es pesada (se tarda lo mismo en ver las exposiciones que si lo haces individualmente) y la guía explica de forma muy clara los efectos ópticos de las obras.
Podéis disfrutar de estas dos exposiciones hasta el 2 de abril- ¡No dejéis de ir a verlas!
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